La Basílica de Santa Teresa en Alba de Tormes comenzó a construirse a finales del siglo XIX pero los continuos problemas económicos han parado en varias ocasiones una construcción que se ignora cuándo podría concluir
La Gaceta, 1 de febrero de 2010
SALAMANCA
La Basílica de Santa Teresa seguirá inacabada una vez que el Obispado salmantino haya decidido parar sus obras a los dos años de reiniciarlas, pese a que el templo comenzó a construirse a finales del siglo XIX.
Las esperanzas de concluir este edificio se retomaron en 2007, cuando desde la curia salmantina se decidió reiniciar un edificio inacabado y que comenzó a levantarse en 1898, pero todo se ha desvanecido al no lograr "donativos" para terminar el templo.
El arquitecto de la reforma, Ricardo Pérez Navas, ha asegurado que "se va a cerrar una de las puertas de entrada a la parte reconstruida" y en ese momento, "en dos meses", se dejará, una vez más, aparcado el proyecto de rehabilitación y conclusión de la Basílica.
Este templo comenzó a edificarse en 1898, con un proyecto del obispo Tomás Cámara, para custodiar el cuerpo de Santa Teresa, que murió en Alba el 4 de octubre de 1582 y que iba a tener grandes dimensiones, ya que se ideó para que la cúpula principal se viera desde Salamanca.
El arquitecto salmantino Ricardo Pérez Navas recibió el encargo de concluir la obra inacabada en 1999, 70 años después de que la falta de dinero obligara a parar las obras por primera vez.
Pese a que este arquitecto recibe el encargo en 1999, las obras no vuelven a reiniciarse hasta 2007, cuando en noviembre se presentó el proyecto, para lo que se iban a necesitar 4,3 millones de euros, según dijo en ese momento el vicario general de Salamanca, Florentino Gutiérrez.
Pero ha sido "imposible" recaudar esa cantidad, por lo que el Obispado, que aportó un millón, ha decidido parar de nuevo unas obras que han logrado concluir el crucero y la cabecera de la Basílica.
La idea original de piedra arenisca de Villamayor ha dejado paso al ladrillo y a la madera, que han cerrado una parte del templo, que "viene a ser una tercera parte de todo el edificio", que en planta ocupaba 3.000 metros, según ha recordado Ricardo Pérez Navas.
En estos días, los canteros están terminando el cerramiento de un arco neogótico que hará de puerta principal a esta parte del templo, para lo que los trabajos se hagan como se hicieron en sus orígenes, que se talle la piedra una vez colocada en la fachada.
En esta parte de la Basílica también estaban proyectadas unas vidrieras, que iban a ser "un ejemplo único en el mundo de reconocimiento a la excelencia de las mujeres que, como Santa Teresa, tuvieron un papel decisivo en la Iglesia", según se decía desde el Obispado hace dos años. Pero esa idea se ha quedado en una cristalera que "aporte luz y claridad" a la base del crucero, según ha reconocido el arquitecto, que pretende ser utilizado por la Iglesia, aunque en la idea original iba ser el lugar donde se depositarían las reliquias de Santa Teresa.
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